Melissa Villalobos sufrió una grave hemorragia cuando estaba embarazada. San John Henry Newman intercedió y la salvó a ella y a su hija Gemma que ahora tiene 11 años | Crédito: foto cedida por la familia Villalobos
30 de octubre de 2025
Por Victoria Cardiel | ACI Prensa
La santidad de John Henry Newman, que será declarado doctor de la Iglesia Católica este sábado, se apoyó en dos signos extraordinarios de intercesión: dos curaciones inexplicables que la Iglesia reconoció oficialmente como milagros, y que abrieron el camino a su beatificación en 2010 y a su canonización en 2019.
El segundo de ellos es un milagro provida. Durante el quinto embarazo de la estadounidense Melissa Villalobos, una abogada de Chicago y madre de familia, ella sufrió una hemorragia interna severa causada por un desprendimiento parcial de la placenta, una condición que puso en grave riesgo su vida y la del bebé.
El día que sucedió, estaba sola en casa y, sin fuerzas siquiera para pedir auxilio, Melissa recurrió a la oración. “Por favor, Cardenal Newman, frena la hemorragia”, pronunció con dificultad. Según relató después, “justo al terminar esas palabras, la hemorragia se detuvo y noté en el cuarto de baño el aroma de rosas más fuerte de mi vida. Cuando paró le pregunté: ‘Cardenal Newman, ¿lo hiciste tú?’, y el aroma volvió una segunda vez. Supe que había sido él”.
San John Henry Newman está muy presente en el día a día de esta familia de Estados Unidos. Crédito: Cortesía familia Villalobos
Esa misma tarde, los médicos constataron lo que no podían explicar: el desgarro en la placenta había desaparecido. Meses después, Melissa dio a luz a una niña perfectamente sana, a la que llamó Gemma.
Años más tarde, la pequeña, que entonces tenía cinco años, participó junto a toda su familia en la ceremonia de canonización en la Plaza de San Pedro, el 13 de octubre de 2019, oficiada por el Papa Francisco.
Para la religiosa Kathleen Dietz FSO, reconocida especialista en la figura de San John Henry Newman, la curación de esta mujer embarazada debe leerse como un “signo de los tiempos” en un momento en el que “la cultura de la muerte lo impregna todo”. “Él hizo este milagro a favor de la vida, no solo de la vida de la joven madre, sino también de la de su hijo. Es muy significativo”, expresa en conversación con ACI Prensa.
La curación inexplicable de un trastorno espinal incapacitante
El primer milagro en el que intercedió el teólogo inglés, convertido del anglicanismo al catolicismo en 1845, sucedió más de doce años antes de este segundo milagro. Está vinculado a la figura del diácono estadounidense Jack Sullivan. En 2001 padecía una grave enfermedad degenerativa de la médula espinal que lo había dejado casi paralizado. Con fuertes dolores y escasa esperanza de recuperación, Sullivan rezó pidiendo la intercesión del cardenal Newman. Según su propio testimonio, experimentó una recuperación súbita y completa, que le permitió caminar sin ayuda y, poco después, ser ordenado diácono permanente.
La Congregación para las Causas de los Santos reconoció oficialmente la curación como científicamente inexplicable, y el Papa Benedicto XVI aprobó el milagro en 2009, culminando con la beatificación de Newman el 19 de septiembre de 2010 en Birmingham, ciudad donde el santo vivió durante gran parte de su ministerio.
El 15 de agosto de 2001, el diácono Jack Sullivan fue curado de un trastorno espinal incapacitante después de rezar pidiendo la intercesión del cardenal John Henry Newman. El 3 de julio de 2009, el Papa Benedicto XVI anunció oficialmente que aquella curación constituía un auténtico milagro, lo que abrió el camino a la beatificación del cardenal Newman, celebrada en Inglaterra el 19 de septiembre de 2010.
El diácono Jack Sullivan fue curado de un trastorno espinal incapacitante después de rezar pidiendo la intercesión del cardenal John Henry Newman. Crédito: página web del diácono Jack Sullivan
Sullivan estuvo presente en la ceremonia, actuando como diácono y proclamando el Evangelio durante la Misa presidida por el Papa alemán en Cofton Park, en la localidad inglesa de Rednal, muy cerca del lugar de la sepultura de Newman.
Posee además la única reliquia de primera clase de Newman fuera del Oratorio de San Felipe Neri de Inglaterra, y con ella ha ofrecido numerosas conferencias y encuentros de oración por la sanación.
Dietz — que ha acompañado diversos estudios sobre la espiritualidad y el legado de San Henry Newman— subraya que los milagros autentican la santidad de Newman y reflejan su misión actual dentro de la Iglesia.
“Los milagros muestran que Newman continúa teniendo un papel como ejemplo e intercesor. Próximamente será nombrado Doctor de la Iglesia, por lo que también será un maestro de la verdad”, señala.
Inspiración para la vida diaria
Para la religiosa, Newman puede inspirar a los fieles en su día a día con una fe “vivida en lo cotidiano”.
Dietz cita su obra A Short Road to Perfection (Un camino breve hacia la perfección), escrita en 1856, en la que asegura que para ser santos “no necesitamos más que cumplir bien los deberes ordinarios del día”.
“No se trata de hazañas heroicas ni extraordinarias, sino de realizar con rectitud y coherencia las acciones de cada jornada: levantarse a tiempo, dedicar los primeros pensamientos a Dios, visitar al Santísimo Sacramento, rezar el Ángelus y el Rosario, mantener los pensamientos en orden, examinarse a sí mismo diariamente y acostarse a buena hora. Si se hace esto con constancia, ya se está en el camino de la perfección”, explica.
La alegría virtud cristiana esencial
Dietz también destaca que Newman veía la alegría como virtud cristiana esencial, incluso en medio de la tristeza, y que su ejemplo puede orientar a los creyentes a vivir la fe de manera “práctica, tangible y coherente” en la vida cotidiana.
Para Dietz, la vida y los milagros de Newman recuerdan que la santidad no es un ideal inalcanzable, sino una “realidad accesible a todos” mediante la fidelidad a los pequeños actos diarios y la confianza en la Providencia de Dios. “Su enseñanza combina la profundidad teológica con la aplicación pastoral, mostrando cómo un santo puede ser modelo y guía para la Iglesia contemporánea y para cada creyente en su vida diaria”, detalla.
Nota del editor: Este artículo fue actualizado el 30 de octubre de 2025 para corregir que Jack Sullivan no fue ordenado sacerdote sino diácono permanente.
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