Costa Rica… a ratificar el Sí a la Vida


Costa Rica… a ratificar el Sí a la Vida

Monseñor José Rafael Quirós
Arzobispo Metropolitano

Algunos que juraron defender nuestra Constitución Política han dado la espalda al Pueblo que los eligió pretendiendo imponer su opinión. 

Dictaminar afirmativamente en Comisión Legislativa el proyecto sobre salud sexual y reproductiva, que no es sino, la propuesta encubierta para permitir legalmente el aborto, debe alertar a la ciudadanía sobre las verdaderas intenciones de quienes, en supuesta defensa de los derechos humanos, pretenden abrir la puerta a la muerte provocada del no nacido, atentando contra su dignidad de persona humana.

Lo sucedido en la Comisión Permanente Especial de Derechos Humanos nos impulsa a redoblar todo esfuerzo para que los ciudadanos conozcan el verdadero trasfondo de este proyecto de ley pues, como indica el Papa Francisco, “entre esos débiles que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo.”

Sobre el mismo tema el sábado anterior manifestó a la Asociación Católica de médicos italianos, “El pensamiento dominante propone a veces una ‘falsa compasión’: la que se presenta como una ayuda a la mujer el favorecer el aborto; como acto de dignidad procurar la eutanasia; como una conquista científica ‘producir’ un hijo considerado como un derecho y no como un don”

Ahora, tildando de retrógrados y conservadores a la inmensa mayoría de los costarricenses que confesamos nuestra fe en Cristo, se pretende legitimar la muerte de inocentes soslayando, abiertamente, su derecho a vivir.

Evidenciar este hecho, permite también, proteger la integridad de las mujeres, que no en pocas ocasiones, son víctimas del aborto, acto que, paradójicamente, es promocionado como altamente favorable para su salud a través de una terminología ambigua, como la “interrupción del embarazo” que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública.

Los argumentos que hemos presentado contra este nefasto proyecto de Ley no fueron sólo religiosos, sino jurídicos y científicos y evidenciaron la inconstitucionalidad de una eventual legislación, que deja sin la tutela necesaria la vida de los no nacidos. Quienes nos decimos discípulos de Cristo, no podemos quedarnos estáticos ante lo que se nos quiere imponer, les invito a que aceptemos la invitación que nos hace el Papa Francisco, hacer valer nuestra convicción de que “la vida humana es sagrada e inviolable y todo derecho civil se asienta en el reconocimiento del primero y fundamental de los derechos, el derecho a la vida, que no está subordinado a condición alguna, ni cualitativa, ni económica, ni tanto menos ideológica”.

Los costarricenses nos sentimos orgulloso por la temprana abolición de la pena de muerte en nuestra legislación, pero, ¿cómo llamar a esto que se pretende aprobar? 

Esta circunstancia reanima nuestro convencimiento de promover el valor y la dignidad de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural. Estando ya cerca el tiempo de adviento, signo de esperanza, recordamos que la Encarnación del Hijo de Dios en las entrañas de una mujer, ha revelado el misterio del hombre y enaltece nuestra dignidad. Se trata del SÍ definitivo de Dios a la vida.

Fuente:
Oficina de Comunicación - Curia Metropolitana